24 abril 2007

Amor palaciego

Amor palaciego es lo que escribo,
en este cuaderno de campo.
Si yo soy Maquiavelo, tú eres la intriga.

Así que deja esa sonrisa estúpida (pon la coma si quieres),
y acércate a mi lado, es para lo único que sirve
este amor palaciego, redundante en su forma,
diferente en cada final. Ya deberías saber, que lo nuestro, acaba constantemente.

El amor cortés, tot est mort e fina.

Un instrumental para que asimiles lo que acabas de escuchar

No me hacen falta los punks.
No necesito de tus consejos.
No hace falta que sigas nadando.
No quiero saber nada de tu dinero.
No hace falta que me acompañes.
No he escrito ninguno de esos poemas.
No hace falta que me sigas dando la brasa.
No quiero tragarme esas pastillas.

No intentes negarlo.
Está pasando,
si no ha ocurrido ya.
Lo estás pensando.
Es exactamente lo que estás pensando.

No me hagas más favores,
admite que tu caridad,
es exclusiva y personal.
Es para tí.
Es para tí.

Déjame en paz.
Es la mejor manera de quererme.
No sigas gritando.
No te quedes en silencio.
Déjame en paz.
Es la mejor manera de quererme.

¿Acaso no lo entiendes?
Atiende porque no volveré a explicarlo.

Casi un año

Hace casi un año que empezó.
Hace más de un año que te conozco.
Hace un año era más feliz.
Hace un año tenía más esperanzas,
o al menos éstas eran más cercanas.
Hace casi un año y ahora estoy pensando,
en que quizá hubiese sido mejor aguantar el tirón.

Y esto no es funcionalismo.
No es funcionalismo.
No es funcionalismo.
No es arte.
No hay arte.

Es sólo que te hago de menos.

Echaría de menos a cualquiera.

One revolution per minute

Ser conservador en estos tiempos, es cuestión de solemne tontería. No de idiotismo, lo que necesitaría un componente consciente y proactivo. No de estupidez, ya que no todo el mundo lo sabe. Es una tontuna. Ojo, que hablo del conservador per se, no del revolucionario conservador, que es un especimen bien distinto. ¿Qué desean conservar de estos tiempos vacíos? ¿Qué conservar de esta inmundicia vacua, de este art pour l'art, de esta ratonera sin sentido que aúlla cuando ya no puede hablar?

Parad el grito ensordecedor, que no nos hace falta.

Aunque quizá son peores los nostálgicos involucionistas, los revisitadores y los agentes de seguros.