27 abril 2006

Adicciones

Las razones que convergen (casualidades), vienen a ser molestas para explicar esto.
La necesidad no convence, aunque se muestra como el único instrumento válido para dar continuidad para algo que nunca la tuvo. La adicción (que no adición, que es exactamente lo tuyo y lo mío), es un espejo. Es el complejo de madrastra. Cuando te reconoces en él (el espejo, se entiende), y el espejo en vez de mentir, refleja lo que eres.
Mala expresión de un sentimiento.
Pero sólo quería dejar constancia de un reflejo. De una reflexión. Volveremos sobre ello.